ıv nos encerramos en el reservado.

IV NOS ENCERRAMOS EN EL RESERVADO.Temática heterosexual-filial-lésbico.Abrí la puerta del reservado que Felisa me había dado y que nos condujo a ambas a meternos mano delante de nuestros mutuos amantes, que estaban haciendo lo mismo. Viendo cómo Nacho se follaba a su hermana me había puesto muy cachonda, y como le había confesado a mi amante-cuñadito, Felisa también me había predispuesto a abrirle las piernas para que hiciera con mi coño lo que le diera la gana, esa fue mi intención cuando le eché mano al suyo a pesar de que estaba trabajando, pero las mujeres somos así, si nos tocan enseguida respondemos y yo estaba dispuesta a todo desde que mi marido me había autorizado a follar con Nacho.Era una especie de apartamento y estaba decorado al estilo hawaiano, preponderante tanto en el local como en el jardín del negocio de Felisa, había sillones de distintos tamaños, y en el centro del mismo, una hermosa cama en la que podrían follar varias parejas. La primera que siguió haciéndolo como en el jardín habían sido Nacho y su hermana Isabel, en ese instante estaban con un impresionante 69 que me incitó a seguir masturbándome porque Felisa al irse me había dejado más caliente que cuando me lo empezó a hacer ella, eso sí, antes de irse me había dicho:-Creo que ambas tendremos que seguir juntas, porque nuestros amantes debían de llevar años deseándose, y por fin se han encontrado.Me senté en uno de los sillones de caña y me abrí de piernas para masturbarme con un consolador que siempre llevo en el bolso para casos de emergencia, que estando frente a la cama, tenía un panorama espléndido de la comida de coño que mi cuñadito le estaba dando a Isabel, y que ésta berreaba como una becerra buscando la polla por la que quería recibir la lechita caliente de los huevos de su hermano el toro, y digo toro con acierto, porque aun llevando sólo día y medio como mi amante, esa noche le iba a poner los cuernos con la novia de la que él se estaba follando.Al instante sentí con toda violencia como yo misma me atravesaba la vagina con la enorme polla negra de látex que mi marido me había traído en uno de sus viajes, grité pero de placer. ¡Coño Nieves, tómatelo con calma que la noche es tan larga como eso que te estás metiendo! ?Me grité a mí misma con justificación, pero es que mi orgasmo había coincidido con los chorros de lefa que Nacho le soltaba a Isa y que ésta trataba de buscarlos en el aire al subir o bajar, porque así son los chorretones de Nacho si no tienes su polla en el coño bien clavada, o has previsto que va a correrse y le has agarrado la polla para que toda la lefa te quepa en la garganta sin ahogarte.No lo quise evitar y me lancé a ayudar a mi cuñada en aprovechar algo con lo que su hermano le había pringado la cara; claro, que no fui la única, porque pareciera que Felisa, ya desnuda, había traspasado las paredes para sumarse a la obra-orgía de tres becerras y un toro, producida con la aquiescencia de mi marido que había abierto la puerta de la lujuria sin frenos. Entre Felisa y yo misma, le lamimos la cara como esas máquinas automáticas de lavacoches, mientras yo le lamía una mejilla, Felisa lo hacía con la otra, o besaba a su novia metiéndole la lengua hasta la garganta como si quisiera lamérsela para arrancarle esa lechita del toro macho que hacía un rato había dicho no querer follar con él, y ahora, por lo que yo veía, también estaba loca porque le metiese la tranca y se convirtiera en otra de sus putas dependientes del rabo del toro.Pareciera que Nacho me había leído el pensamiento y viendo a Felisa en pompa comiéndole la boca a Isabel, él se puso detrás de Felisa, se agarró la polla por el tronco y comenzó a pasarle el nudo del nabo por el coño de la novia de su hermana.-¡Nacho, no seas cabrón y me revientes el coño, que las pollas de látex que tu hermana me mete son muy pequeñas en comparación con esa bestialidad que te gastas!-¡Reviéntaselo, nene ?Le gritó Isabel ? que a ella si le gusta meterme grandes pollas! ?Vi mi oportunidad de follar con mi cuñada, que endiablada viendo que su hermano se iba a follar a su novia, estaba con las piernas abiertas masturbándose con ímpetu. Me acerqué a ella y echándome a su lado fueron mis manos las que sustituyendo las suyas, le agarré de su cabeza hacia mí, le comí la boca mordisqueando mis labios contra los suyos, su boca quedó abierta, le metí la lengua y jugué con su lengua y la mía ¡Éramos dos becerras abandonadas por el toro!Descendí por la cama y el cuerpo de Isabel fue temblando al paso de mi boca por todos los recovecos de su ardiente, blanca y espectacular figura, ella abrió mucho los muslos como esperando que yo le empezase a comer su precioso coño, cerró los ojos y abrió todavía más las piernas. Su chocho era parecido al mío porque nos lo habíamos arreglado una a la otra en tiempos en los que los deseos de ella por mí y yo por ella parecieran ser sólo fantasías; de formas perfectas, pero el suyo más pequeño. Su vello púbico era tan suave como si fueran de seda natural. Se lo comí entero de un solo sorbetón, sus labios menores engordaron junto a mi lengua, ¡Que cosa más rica! se lo chupé y mordí hasta que se corrió con espasmos entre mis dientes, su flujo era dulce y tuvo varios orgasmos sin que yo dejase de lamerle para no perderme los fluidos que ella soltaba como un pequeño manantial. Isabel gemía sin parar, parecía que todo el tiempo que había estado follando con su hermano la había estado calentando para este otro momento conmigo.-¡Hija de puta, cuñada, qué gusto me estás dando! ?Seguí en mi tarea de que no decayese su entrega y subí encima de ella arrastrando mis rodillas por la cama a ambos lados de Isabel, restregando mi coño contra el suyo, después por su barriguita, metí en mi coño uno de sus pezones que me entró como si fuera un nabo más gordo aún que el de mi amante y me empecé a mover para follarme yo misma con su rico y excitante pezón que sobresalía de ese pecho que tantas veces había deseado chupárselo, ahora entendía lo que había sentido al verla desnuda en mi casa en algunas ocasiones. Isabel se agarró la teta con ambas manos para ayudarme a follarme el coño.-¡La de veces que he deseado hacerte esto, amada Nieves! ?Le comí la boca encorvándome todo lo que mi cimbreante cuerpo dio de sí, me levanté algo porque era una posición dura aunque muy satisfactoria, y observé que Nacho estaba sentado en la cama, con Felisa dándole la espalda y él la tenía empalada hasta los huevos mientras ella no nos quitaba la vista a su novia y a mí, que nos estábamos dando un torbellino de inacabable placer. Era inevitable que Felisa se echase para adelante, y sin sacarse la polla de Nacho de su coño, comenzó a lamer el de su novia que estaría chorreando de las varias veces que se había corrido conmigo, y que lo seguía haciendo porque yo la notaba temblar a la par que mis orgasmos llegaban uno tras otro.-¡¡¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!! ?Grité moviendo mi cadera con frenesí mientras que Isabel me metía su pezón en el coño todo lo adentro que podía ella empujar y yo recibir. ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!-¡Ponme el coño en la boca, que me quiero beber tus jugos! ?Me pidió mi cuñada, y lo hice a la vez que mis orgasmos no paraban de fluir, y que al restregar mi coño por la boca de Isabel, pareciera que la cantidad de fluidos aumentaron y ella no paraba de lamer y tragar.Le limpié la cara con mis labios y le bese las mejillas. Isabel estaba jadeando y gimiendo del gusto que otra vez sentía de la boca de su novia, que parecía una aspiradora con mango, porque el toro la tenía ensartada levantándole las caderas, y ella se dejaba follar pero sin apartar su boca del coño de su amada novia.-¡Nieves, méate sobre mi cuerpo! ?Me gritó Isabel. Lo esperaba después de habernos bebidos nuestros elixires vaginales. Me puse de pie sobre ella y su novia, mis piernas una a cada lado de su bonito cuerpo y los carnosos labios de Felisa. Había sido una noche de mucha bebida. Con un chorro, desde casi un metro de altura, regué su coño y la boca de Felisa, que se lo siguió lamiendo.- ¡Guarra, abre la boca que te la quiero mear!Sin decirme nada, abrió la boca como un ave hambrienta. Felisa me agarró con las dos manos por los cachetes y me metió la lengua en el culo, ¡muy adentro! Mi coño apuntaba a la boca de Isabel mientras sentía la lengua de su novia horadando mi culo y haciendo que mi esfínter se abriera y cerrara con gana de algo más contundente, oriné dentro de su cavidad bucal. Isabel abría y cerraba la boca como un pez, mis meados los engullía empujándolos garganta abajo con su ansiosa lengua sin parar. Un último chorro, intenso, regó todo su cara, moviendo mi culo para empapársela. Salió mi vena D/s.-¡Me encanta mearos a las dos, perras! ?Eran dos gatas lamiéndose y retozándose una contra la otra.Nacho se incorporó, me cogió por la cadera y empezó a darme con su polla en los labios del coño mientras las novias se habían enredado en formar unas tijeras con las que rozando los suyos a una velocidad de crucero escandalosa por los gemidos que pegaban, y que amortiguaban una a la otra al insuflarse aire con sus bocas para que no se ahogaran con sus propios gemidos. Me sentía la más privilegiada de las tres ¿Qué digo de las tres? ¡De todas las que cayeran en la dependencia que el toro nos hacía probar su tranca de bastos!Su polla estaba muy dura, palpitaba en el aire, la punta, como un mazo estaba haciendo que acudiera sangre y deseo a mi encharcado coño, no sabía si se había corrido dentro de la vagina de la novia de su hermana, pero esa potestad formaba parte de la potencia del rabo del toro.-¡Déjame chupártela! ?Le pedí, en ese momento la necesitaba en mi boca, debía estar impregnada de olores y sabores que me iban a volver más puta si eso era posible.Me acerqué a él y le besé la punta del nabo. Abrió los ojos, soltó un gemido y no se movió ni dijo nada. Abrí la boca y le chupe sus chorreantes huevos, manejándolos con la lengua dentro de mi boca. Le temblaban las piernas, le di con la lengua en el nabo, estaba lleno de un líquido blanquecino que enseguida lo asocié con jugos del coño de Felisa, lo rodeé con mi lengua con lengüetazos grandes y absorbentes. Con mucho esfuerzo me metí aquel hinchado instrumento en la boca, al atrapar también el tronco, su glande arrastro mi campanilla hacia la garganta. No cesé de tragar hasta que su vello púbico se aplastó contra mi nariz. En ese momento mi coño estaba empapado, pero no sé por qué, el anillo de mi culo se había dilatado, se me abría y se me cerraba. Estaba claro que instintivamente quería que Nacho me follara el culo.- ¡Nacho, necesito que me folles el culo! --Me arrodillé en la cama y puse mi culo en pompa, el toro me agarró por las caderas, delante de mí tenía a las novias pendiente de nosotros. Nacho fue empujando poco a poco.-¡Fuerte Nacho, rómpele el culo a la puta esposa de tu hermano Carlos! ?Le hizo caso a Isabel.-¡¡¡AAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYY!!! ¡¡¡HIJO DE PUTAAAAAAAA ME ESTÁS MATANDOOOOOOOOOOO!!! --La sacaba y la metía con fuerza. En los últimos apretones su ritmo me hacía estremecer de dolor mezclado con un placer desconocido a pesar de que me había follado el culo infinidad de veces. Nacho seguía gimiendo mientras atraía mi cadera hacia la suya, pero de golpe se detuvo por completo penetrándome totalmente, todo quedó en silencio. Y cuando me di cuenta de lo que pasaba, era que Felisa me estaba lamiendo el culo por donde chorreaban mis jugos y los de Nacho, mientras Isabel me chupaba el coño y el tronco del nabo de su hermano.-¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!! ¡¡¡aaaaaaaaggggggggggggggg!!! --Gritábamos los dos con el placer que nos estaban dando Isabel y su novia. -- ¡¡¡QUEEEEEE GUSTTTTTTTOOOOOO AAAAAAHHHHHHHHHHH!!!Salimos del trance sexual y Nacho me hizo mirar para la puerta. Absortos en nuestra faena no nos dimos cuenta que habían entrado dos de las camareras de Felisa, una que traía el champán y la otra una bandeja con fresas y ostras.-¿Habéis visto que hermosura de polla? ?Les preguntó Felisa a sus empleadas.-¡Joder, jamás vi algo parecido! ?Respondió una de las chicas -- ¡Está para comérsela, y me habéis puesto cachonda pérdida! ?Dijo la otra.-Ya arreglaremos eso. ?Dijo Felisa-- ¡Ahora vamos a comer algo, que para comerle la polla a Nacho, aún tendréis que esperar a terminar de trabajar!-¿Jefa, tú no eras lesbiana? ?Le preguntó la morena, que al mirarla fijamente me pareció conocerla del instituto.-¡Sí hija de puta, pero mi novia me ha puesto la tentación delante de mi cara!-¡Vamos, que a partir de ahora, también te van a gustar los nabos! ?Dijo la rubia.-¡No te diré que no, este toro tiene algo muy especial!Continuará?