Damian y su amigovia

Damian y su amigoviaDamián y su amigoviaDos semanas después de la tremenda fiesta con los amigos de mis vecinos, todavía me dolía todo el cuerpo. La cola me ardía y sentía que no podía meterme ni un dedo en mi concha.Por suerte durante ese tiempo, Víctor estuvo viajando de un lado a otro y cada vez que regresaba a casa su stress solo le permitía un poco de sexo oral. Gracias a eso nunca pudo notar lo dilatada que estaba mi entrada anal, aunque mis labios vaginales pronto recuperaron su estrechez natural.Justo en esos días me llamó por cuarta vez Damián, el chico que me había dejado bastante alocada cuando me sodomizó en la fiesta. Había estado insistiendo muchas veces para vernos, pero yo lo rechazaba constantemente debido al dolor de mi cuerpo. Realmente no podía coger?La quinta vez que llamó me encontró con la guardia baja, recaliente por falta de actividad sexual y ya con mis orificios recuperados y sin tanto dolor.Víctor estaba en su oficina, pero de todas maneras arreglé con Damián para encontrarnos por la tarde temprano.Nos citamos en un café lejos de mi casa y desde allí nos fuimos directamente a un telo, a coger?Ni siquiera nos desvestimos, debido a la urgencia de ambos. Me recosté sobre el respaldo de un diván y Damián me levantó la pollera de jean. Quise ponerle dura la verga con mi boca, pero el chico me dijo que ya la tenía dura antes de encontrarme en el café?Me advirtió que iba a sodomizarme, porque esa era su preferencia sexual. Por supuesto no me negué, ya que eso es lo que me había dejado con mis ratones alterados la última vez que me había cogido.Me tomó suavemente por las caderas y fue lentamente penetrando mi entrada anal; así, sin juegos previos ni lubricación, ni tampoco dilatación.Sentí que su enorme verga se iba deslizando muy despacio por mi canal rectal, sin prisa, con toda la potencia, mientras sus manos aferradas a mis caderas me hacían temblar de excitación. El chico tenía una forma de agarrarme que realmente no podría describir; era algo muy erótico, muy sensual, casi mágico?Cuando sentí que su pija me llenaba por completo el culo, acabé jadeando y aullando como una perra. Nunca había tenido un orgasmo semejante mientras me rompían la cola?Damián sonrió y se inclinó sobre mi espalda, susurrando a mi oído:?Me encanta cuando acabas con mi verga enterrada en tu cola, Anita?Me bombeó suavemente durante unos minutos y finalmente arqueó su espalda, gruñendo mientras me llenaba el culo de semen hirviente.Cuando me la sacó, me senté en el diván y devoré su verga chorreante, saboreando su semen. Luego se sentó a mi lado para charlar.Me dijo que siempre le había gustado dar por el culo a las mujeres, así sentía que podía dominarlas y dejarlas en estado de sumisión total. Le pregunté cómo había aprendido a sodomizar tan bien y me confesó que eso se lo había enseñado otro hombre.Abrí mis ojos desmesuradamente, inquiriendo una respuesta más lógica. Damián dijo entonces que convivía con un travesti; aunque era una mujer casi perfecta, el único detalle diferente era la enorme verga que cargaba entre las piernas. Se llamaba Lucila y era pasiva. Le había enseñado muy bien a Damián el arte de la sodomía y el alumno realmente había aprendido muy bien la lección.Le dije que me interesaba conocer a semejante personaje y entonces me invitó a acompañarlo al departamento que compartía con la tal Lucila.Cuando ?ella? abrió la puerta realmente me sorprendí. Era una mujer perfecta, tal como la había descripto Damián; lo único que no podía disimular era su elevada altura y un registro de voz un poco gruesa para una mujer. En ese momento Lucila estaba impecable, vestida para salir a una cita con otros amigos; pero al verme se relamió los labios y dijo que se quedaría un rato más con nosotros. Ante la mirada divertida de Damián, ella me tomó de la mano y me condujo hasta un sillón, pidiéndome que apoyara mi torso sobre el respaldo. Así como estaba reclinada, Lucila alzó la falda de jean hasta mi cintura y se regodeó admirando mi cola. Corrió mi tanga a un costado y deslizó sus dedos entre mis labios vaginales.?Me encantan las perras con la concha bien estrecha?? Dijo suspirando.Sentí que mi vagina se humedecía al instante, disfrutando el roce de sus dedos en mi clítoris. Miró a Damián diciendo:?Con razón te gusta tanto esta perra, se humedece apenas la tocan??Lucila me hizo enderezar, diciendo que quería cogerme por la concha. Por supuesto le dije que tenía poca experiencia con mujeres como ella, pero que me encantaría ser cogida por ella.Entonces se quitó la elegante falda y la tanga. Una enorme verga asomó entonces. Quise chupársela, pero Lucila me dijo que quería cogerme sin perder más tiempo. Se sentó ella en el sillón y me tomó por la cintura, haciendo que cabalgara sobre ella. Puse una pierna a cada lado de su cuerpo y ella misma fue deslizándome con sus manos sobre su pija erecta.Me penetró con suavidad, mirándome fijamente a los ojos. Pensé que me derretía con semejante mirada. Sentí su gruesa verga llegando hasta el fondo de mi vagina y comencé despacio a moverme sobre ella. Podía sentirme completamente llena. Lucila me comió la boca en un beso de lengua profundo y eso fue lo que aceleró mi orgasmo; acabé aullando por dentro y gimiendo mientras ella seguía enredando su lengua con la mía.Ella notó mi orgasmo y sonrió, buscando todavía el suyo. Unos instantes después abrió sus bonitos ojos y su boca, sin decir nada. Entonces se tensó y dejó de sujetar mi cintura. Sentí que su verga pulsaba dentro de mi vagina y supe que estaba descargándose dentro de mi cuerpo.Volvió a comerme la boca en un beso interminable y sonriendo me dijo que deberíamos hacerlo más seguido, aunque sin la presencia de su amigovio.Damián sonrió también y mientras me ayudaba a incorporarme, metió sus dedos entre mis dilatados labios vaginales, sacándolos manchados con el semen de su amigovia...Lucila se despidió y salió cerrando la puerta.Damián me dijo que la escena anterior lo había dejado al palo otra vez y pidió sodomizarme una vez más.Mientras me recostaba boca abajo, podía notar el semen de Lucila deslizarse entre mis muslos y al sentir la verga de Damián abriéndose paso en mi esfínter, supe que debía mantener esta nueva amistad tan bizarra?