Una noche de cumpleaños diferente

Una noche de cumpleaños diferenteEse día era mi propio cumpleaños y yo estaba saliendo de mi oficina muy tarde; casi a las ocho de la noche. Estaba que volaba de la bronca; ya que se suponía iba a poder disponer de medio día libre; pero un rato antes mi jefe apareció con una pila de carpetas y me ordenó que las leyera, sellara y archivara antes de irme a casa.En la planta baja me crucé con el vigilante que hacía el turno de noche. El hombre me despidió con un gesto de su mano y me imaginé que se dedicó a mirarme el culo mientras me alejaba. Justo ese día llevaba una pollera corta que me marcaba hasta las nalgas y mis tacos de aguja resaltaban bastante mis largas piernas.No era que yo tuviera algo especial para esa propia fecha. Por el contrario, había pensado quedarme sola en casa, ya que Víctor estaba demorado en su viaje de negocios y regresaría recién en otro par de días?Iba a ser un cumpleaños algo aburrido para mí; pero de todas maneras, quería llegar a mi casa temprano para relajarme con un buen baño caliente, ya que el día había sido largo y agotador?Tomé el ascensor para llegar al estacionamiento subterráneo. Caminé varios metros, oyendo el eco de mis propios tacos y viendo que solo quedaba mi auto allí. Me subí coloqué la llave en el tambor de contacto. La giré y no sucedió nada; repetí la operación y ni siquiera pude oír un chasquido. La batería estaba completamente muerta y por ello el motor no arrancaba.Más furiosa que antes, me bajé del auto, pateé la puerta al cerrarla y tomé mi celular, regresando sobre mis pasos hacia el ascensor. Llegué a la recepción, donde el guardia nocturno prácticamente me desnudó con la mirada, sin ningún disimulo. Cuando vio mi cara de bronca acumulada, me preguntó si podía ayudarme. Le dije que mi auto no arrancaba y él me aseguró que debía ser la batería agotada?Me dijo también que, a esa hora, me sería muy difícil conseguir un auxilio mecánico. Lo mejor sería llamar un taxi?El hombre hizo varias llamadas y finalmente me dijo que no habría taxis disponibles durante las próximas cuatro horas?Un poco ofuscada además de furibunda, le dije que no podía quedarme allí a pasar el fin de año con él?Llamé a quien podría ser una solución: José, uno de mis amantes.José atendió y pude oír un gran barullo de fondo. Ya estaba en plena fiesta con su gente; pero igual me animé a decirle si podía ayudarme a llegar a mi casa.Pero el muy hijo de puta me dijo que no podía dejar su casa en ese momento y colgó?El guardia se ofreció para lo que necesitara; pero yo sabía que su única necesidad para él, era cogerme. Sin despedirme salí del edificio, ya cabreada contra todo el mundo. Eran casi las ocho de la noche y casi estaba oscura la tarde?Para colmo, comprobé que mi celular no funcionaba. Seguí caminando y entonces caí en la cuenta de que había dejado mi cartera en el auto estacionado. Además comenzaba a relampaguear y tronar; señal de que estaba por llover y eso me hizo recordar que había dejado un abrigo en el asiento de atrás.La doble puerta de vidrio estaba cerrada con llave; así que fui por el costado del edificio para ubicar al vigilante, que tenía las llaves para permitirme entrar?No pude ver al guardia por ningún lado. Ya estaba a punto de patear el cristal cuando vi acercarse a ese hombre.Me preguntó a través del cristal, con un tono altanero, qué quería.Le dije que necesitaba llegar al estacionamiento; pero entonces me dijo que ya estaba cerrado y no podía abrir; eran órdenes.Supliqué, pero el tipo no aflojaba. Le ofrecí dinero, pero entonces me dijo que no quería dinero por abrirme. Siguió diciendo que quería otra cosa, mientras recorría mi cuerpo con su mirada cargada de lujuria y morbo?Le pregunté nuevamente qué quería a cambio y entonces me sorprendió con la guardia baja, diciendo que quería una chupada?Me hice la desentendida; pero entonces repitió sus condiciones.Le dije que estaba loco si pretendía eso de mí y entonces el turro se alejó de la puerta. Le grité que se detuviera y le ofrecí todo el dinero que llevaba en mi cartera.Pero él insistió que quería una chupada, o me quedaría afuera?Sopesé la situación: O me humillaba ante ese degenerado o me moría de frío en la calle bajo la lluvia hasta llegar a mi casa; sin un peso para conseguir un taxi y no tener que irme caminando?No me quedaba otra opción más que acceder a chupársela...Le dije que aceptaba el trato y entonces sonrió ampliamente, abriéndome la puerta. Entré tiritando, ya que se había levantado un vendaval de lluvia y la temperatura había bajado abruptamente.Me dirigí al ascensor, pero el hombre me detuvo, tomándome por el brazo y preguntándome dónde iba?Me advirtió que no habilitaría la energía del ascensor, si yo antes no cumplía mi parte del trato.Caí en la cuenta de que yo ya no estaba ni siquiera en posición de negociar. Mi única posición era ponerme en cuclillas frente a ese hijo de puta que quería una chupada.Me hizo entrar a un pequeño cuarto donde se guardaban elementos de limpieza. Apenas cerró la puerta, comenzó a desabrochar sus pantalones.Se acercó con su verga ya totalmente erecta; alargó sus gruesas manos y me acarició las tetas por encima de mi blusa. Sonrió al notar que yo no estaba usando corpiño y mis pezones enseguida se endurecieron al contacto de sus dedos?Mientras me manoseaba las tetas, una mano descendió a mi entrepierna. Intenté empujarlo hacia atrás, diciéndole que ese no era el trato; pero el tipo volvió a sonreír, diciendo que nadie podría oírme aunque aullara pidiendo auxilio a todo pulmón?Supe entonces que no iba a conformarse con una simple mamada: me iba a coger con todo aunque yo me resistiera, aprovechando que estábamos solos en todo el edificio.Metió una pierna entre las mías y me obligó a abrirlas. Una mano tironeó de mi tanga hasta lograr destrozarla en jirones. Sentí un aire frío rozando mis labios vaginales expuestos.El turro miró mi cara de desesperación y pareció disfrutar el momento. Volví a protestar, amenazándolo con denunciarlo; pero él largó una carcajada y me hizo girar el cuerpo contra la pared.Pensé que su intención era sodomizarme directamente; pero pronto sentí que la enorme cabeza de su pija empujaba contra mi labia externa, intentando encontrar mi entrada vaginal?Lo peor era que me sentía muy seca; tanta excitación no me había hecho lubricar la concha. Su verga comenzó a deslizarse dentro de mi vagina; provocándome un ardor insoportable. Apreté mis dientes para no llorar de dolor.Entonces sentí que él seguía empujando, hasta llegar al fondo.Para mi suerte, la vagina de repente se humedeció, aliviando el ardor que me estaba matando. El tipo me aferró con firmeza por mi cintura y comenzó a bombearme sin piedad. La lubricación propia ahora me causaba cierta sensación placentera; hasta que entonces sentí que mi cuerpo comenzaba a traicionarme: tuve que morderme los labios para no aullar de placer.El hombre pudo notar seguramente mi orgasmo; aunque hice lo imposible para no hacerlo tan evidente; pero al final me rendí al placer y un prolongado aullido salvaje brotó de mi boca?Apoyé mi cabeza contra la pared y dejé que ese tipo bruto y desconsiderado continuara gozando de mi cuerpo.Unos minutos después me dio una última embestida brutal y acabó dentro de mi cuerpo; llenando mi concha con semen caliente.Se quedó apoyado unos segundos sobre mi espalda y luego me sacó esa verga todavía dura de mi ahora dilatada vagina.Pensé que se iba a dar por satisfecho con semejante polvo que me había dado: pero, cuando intenté dirigirme a la puerta, me atrapó por un brazo.Me dijo que nuestro trato había sido lamerle la verga y eso yo nunca lo había cumplido. Lo miré furiosa e intenté golpearlo; pero esta vez me tomó por la nuca y me volteó boca abajo sobre una mesa robusta.Me advirtió que si yo no quería usar mi lengua; entonces él usaría mi culo. Aullé y pataleé; hasta entender que debía sacrificar mi boca para preservar mi estrecha entrada trasera. Con semejante verga me iba a dejar destrozada.En esa misma posición; él acercó su vientre y hundió esa tremenda verga erecta entre mis labios rojos. Me provocó ahogarme, pero pude lamer y succionar hasta hacerlo acabar en mi garganta?Escupí ese semen mientras trataba de no llorar por la rabia.Al salir el muy bruto levantó mi falda y me dio una palmada en mis nalgas desnudas. Sonrió diciendo que él sabía que a mí me había gustado la manera en que me había cogido. Lo miré con odio?No me permitió limpiarme en el baño de damas. Me acompañó al auto para retirar mi cartera y el abrigo. Me empujó a la puerta de salida y me indicó que podría conseguir un taxi allí cerca.Mientras caminaba bajo la llovizna; sintiendo un viento gélido colarse entre mis labios vaginales desnudos; sentí que ése iba a ser un cumpleaños realmente inolvidable para mí?