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DurumOffline
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La quimica entre mi profe y yo :$

 
Post #1


La quimica entre mi profe y yo :$Yo tenía una profesora que me hacía química, a quien desde que entraba a la sala de clases quedaba mirando con apetito voraz por su tremendo trasero.Intercambiando correos con ella, de forma muy indirecta le di a entender que quería una cita. Ante mi asombro, ella aceptó. Quedamos para juntarnos en el restaurante de la esquina a la noche.En mis fantasías me imaginaba bajo ella, abriéndole las piernas, echando su culo hacia delante y penetrándolo, exponiendo la mercadería. Esa posición para mí era brutal. Estaba ansioso por tenerla así.Su mirada comunicaba deseo. Esto me hizo poder respirar y darme cuenta de lo mucho que quería precipitarme a su boca y besarla con locura. Me hacía insinuaciones, diablos, tuve una paciencia infinita para no arrojarme sobre ella en ese instante. Ella confirmó mis sospechas al confesarme:?Sé que eres mi alumno pero te diré algo: me gustas.Me daba miradas fogosas y se mordía el labio. En el silencio de la noche giró la llave y abrió la puerta. Ingresamos al apartamento, encendió una luz. ¿Quieres comer algo?, me preguntó. Negué con la cabeza enseguida. No me había dicho para qué me traía y yo ya lo sabía. ?Sólo vamos al asunto?, pensé. Me señaló con su mirada la puerta abierta a la habitación, que invitaba a entrar y se fue por el pasillo. Cada vez más ansioso fui a su dormitorio y salté a la cama.Al rato entró, y se puso a registrar un ropero a un lado. Aproveché de mirarle el culo; redondo y cautivador. Se le remarcaba el calzón, era blanco. Con discreción, sobre la cama me llevé la mano bajo el pantalón, masajeándome. La profesora volteó, exhibiendo conjuntos de lencería negra en sus manos, y me preguntó:?¿Cuál de éstos te gusta más?Me mordí el labio. ?Ambos?, respondí. Entonces dejó un conjunto en el suelo y empezó a cambiarse ahí mismo. Estaba en el cielo, qué placer. Bajaba su ropa interior por el pronunciado muslo, se quitaba el sostén de espaldas, para incitarme, y se lo cambiaba por el modelo negro, cubriendo sus redondos pechos. Se dio vuelta, la contemplé; mi profesora, casi desnuda, con el conjunto de lencería. Las ropas con que me dio clases ahora en el suelo; y sucedió, se acercó lentamente a mí como una gata.La besé con pasión sintiendo mi miembro erecto. Deslizaba mi mano por la capa de su sostén, frotando el diseño, y descubrí sus pechos; la dulce ternura de su armonía quedó en mis manos, suaves como piel de bebé. La tomé por la cintura para subirla hasta quedar al punto de sus pechos y succioné excitado. Mi pene estaba erguido como una vara; captado por su atención, ella comenzó a bajar de forma sensual y sus labios llegaron hasta mi miembro. Abrió la boca y sentí una deliciosa tensión en el cuerpo, entonces empezó a chupar con fuerza masturbándome con ella. Puse mis manos en su cabeza y miré al techo, extasiado; levanté los pies, introduje mi pene por su garganta dando gemidos de placer.Al correrme observé mis fluidos seminales cayendo por la comisura de su boca. Con su cabeza tomada, volví a introducir mi pene, lo introducía y sacaba observando cómo la parte superior de mi miembro deshacía las hilachas de semen y salía envuelta en saliva. De rodillas en el colchón, lo hice con más rapidez. Jugué con su cabeza: yo no metía mi miembro; la traía a ella a mí y lo desaparecía. Repetí unas veces, hasta que la aferré, la atraje con su lengua alcanzando mi escroto y me corrí en su garganta. Se atoró y tosió cerrando los ojos. En cuanto se repuso volví a penetrar su boca dejando todo líquido dentro de ella.Entonces la acomodé en la cama de espalda, le junté las piernas y observé de esta forma cómo se añadía volumen al trasero en todo su esplendor. Deslicé lentamente el hilo de la braga a un lado del deseable orificio, por aquella zona privada, íntima, y tomé mi grueso miembro, que introduje con cuidado en el apretado agujero. Al momento de sentir la fricción en la cabeza tuve gran placer, me asomé sobre ella y apreté más sus nalgas para incrementar la sensación, la voluptuosidad. Dejé caer mi saliva en el orificio y entonces penetré, con fuerza en aumento. Le di duro, la castigué, y la penetré con el deseo de desbaratar aquel culo, aunque no fuera posible, era demasiado firme. Lo sentí mío entre mis manos, de mi propiedad, y lo atraía hacia mí, introduciendo hasta la base mi pene en él. Pronto los fluidos comenzaron a salir por los bordes. Ella experimentaba gran placer, me decía ?Continúa, continúa, así, dame duro, dale a tu profesora de química, hmmm, me gusta, qué rico?, y yo me enfurecía y me hundía en ella con brusquedad.Me arrastré bajo ella, hice la braga a un lado, la tomé por los muslos y la levanté ligeramente. Tomé mi pene y lo introduje entre sus nalgas. La penetré con ritmo normal, primero, y luego la levanté más, echando su culo hacia delante, al descubierto. Penetré aquel agujero, introduje profundo, sintiendo que el espacio separador entre el ano y su vagina se hacía mínimo por la presión que yo ejercía. Ésa era la posición de mi fantasía. Como si no fuera suficiente con todo mi miembro dentro, empujaba más fuerte y la tiraba hacia arriba. En el ritmo que adoptamos sentía sus nalgas chocando contra mi vientre. La afirmé por los muslos poniéndola de lado, e impulsé mis nalgas hacia delante enterrándole mi aparato. Dio un grito de placer, entonces continué sodomizándola.?Ay, ay, ¿estás excitado? Me tienes el culo todo roto ?me dijo.?No ?respondí y seguí azotándola.Luego me subí sobre ella y dirigí mi pene hacia abajo; me hundí en su interior y tomé frenético ritmo. Ella dominada por mí, gemía, impotente, con las gruesas piernas separadas y clamando por ayuda, quejándose del dolor. La lencería colgaba a sus costados, tenía vagina, senos y ano desnudos. Me apoyaba en ella, enterraba con fuerza y veía mi obra. Saqué mi pene y brotó un hilo de semen. Volví a introducir y seguí; la aplasté con mi peso y continué metido en ella. Mi miembro estaba todo dentro de su prominente culo achatado.Al terminar, levantó la cabeza, con rastros de semen por los párpados, extenuada, y pareció implorarme el cese. Aunque quería más, removió con su lengua mis fluidos en los bordes de su boca. Apenas abriendo los ojos, dijo:?¿Hemos terminado el acto??Ya casi ?respondí, y pasé mi flácido pene por su boca, limpiándome entre sus dientes y encías. Movió el rostro con disgusto.Mi miembro quedó húmedo y sin esperma. Se secó. Sonriendo, comencé a vestirme con mi ropa arrugada. La contemplé en su aspecto lamentable, buscaba entre las sombras, pues tenía la cara cubierta de líquido blanco. Satisfecho, le dije:?Ahora sí, hasta luego, profesora.Le arrojé un beso pícaro y dejé la habitación. Así fue la noche en que poseí a mi profesora de química.
08-03-2022, at 10:43 PM
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