Carta a los fans

Carta a los fansCarta para mis queridos fans:En unos días que me he tomado de descanso, no he podido olvidaros, ni el cariño que me demostráis por redes sociales. Uno de estos días, mientras no tenía nada que hacer, estuve mirando detenidamente lo que me escribis por redes.Estaba en la playa tumbada tomando el sol en toples. Y con solo leer los 3 o 4 primeros ya se me animó el cuerpo. Sentí que se me endurecían los pechos. Al principio me hizo gracia. Tampoco le dí mucha más importancia. Según continuaba leyendo, el calor fue en aumento, y no era precisamente por el sol. Los pezones apuntaban más alto que el cielo, hasta creo que se me subió el pecho. Ni de adolescente lo tuve tan bien colocado.Cada palabra de esos mensajes me alegraban y calentaban más. Llegó a un punto que de forma inconsciente, mientras tenía una mano sujetando el móvil la otra tenía vida propia. Me acariciaba mi propio cuerpo. De forma tranquila y natural, me manoseaba los pechos, el escote, la zona del vientre. Hasta llegué a pasar la mano por encima de la braguita del bikini. Ahí fue cuando volví a la realidad. Me sorprendí a mi misma casi masturbándome en público. De hecho, el acto que me devolvió a la realidad de mis acciones fue notar humedad en mis dedos al pasarlos por mi entrepierna.Algo sobresaltada, me miré a mi misma tumbada allí, miré el móvil y después a mi alrededor en busca de alguien que me pudiera estar observando. Por suerte, creo que nadie se percató de mis andanzas playeras, pese a estar rodeada de gente.Decidí darme un bañito en el mar, refrescarme para ver si así se me pasaba ese calentón tan tonto que me había dado.Intenté no pensar más en eso. Que se quedara en un anécdota de tantas que tengo para contar relacionadas con el sexo y el placer.No ocurrió así. Pese a estar de vacaciones y tener muchos planes diferentes para hacer, mi mente seguía enganchada a los mensajes que me habéis mandado. Ya en casa, mucho más tarde que lo de la playa. Volví a las andadas. Esta vez, preparada y mentalizada para caer en la tentación. ¿No dicen que es la mejor forma de evitarla?Me dispuse totalmente desnuda con el móvil en la mano. Comencé tumbada, por comodidad. Pero volviendo a leer los mensajes cargados de placer, morbo e intención... Tardé muy poco en volver al maravilloso mundo del placer. Mi pulgar iba de comentario en comentario, algunos más duros, otros más normales, varios sutiles y elegantes. Esos para mi son los más peligrosos. Gente que es capaz de follarme la mente con palabras sin que apenas me de cuenta.Ya reclinada, con las rodillas abiertas y dos dedos dentro de mi cuerpo, el placer físico se equilibraba con el mental. Darme con mis propios dedos en el punto G fue mi perdición. Una adicción sin superar. Comencé a darme con más energía. Hasta me metía y sacaba los dedos del coño a toda velocidad. Si leía algún comentario sobre sexo oral, me chupaba mis propios dedos. Como si fueran los de cualquier chico que fantasea con que su polla quede aprisionada igual entre mis labios. Cuando alguien comenta sobre mis pechos, me los agarraba y trataba de morderme yo misma los pezones. Uff.. Pocas cosas me calientan más en esa situación. El placer y el morbo le estaban ganando la batalla a la razón y a la calma. Estaba muy caliente y salida. Necesitaba más. Dejé el móvil de lado unos instantes y pasé a darme placer con las dos manos a la vez.Mientras me frotaba el clítoris con una, me introducía dedos con la otra. Me daba palmadas en el pubis y entre los labios vaginales. Como suelen hacerme los chicos con su polla en muchas ocasiones.Sentí como mi cuerpo se iba preparando para la corrida, para un squirt de proporciones bíblicas. Por mucho que respiraba y resoplaba, sentía que me faltaba el aire. Por más que me masturbaba no era lo suficiente. Sentí que mi cuerpo se retraía y todos mis fluidos se concentraban, hasta que de repente mi coño los expulsó de forma violenta. No pude reprimir gemir de tanto placer. La intensidad era tal que hasta el propio gemido sonaba tembloroso. Todo mi cuerpo convulsionaba. Temblaba sin ser capaz de controlarme.Por unos momentos perdí la visión, sentía las contracciones por todo mi cuerpo. Hasta llegué a tener palpitaciones en la vagina. No paré de acariciarme el clítoris, era lo único que podía hacer. Mi cuerpo estaba expulsando todo esa intensidad de placer en forma de fluido a través de mi coño. Salieron varios chorros desde mi interior, pero en realidad fue todo uno continuo, pero que se entrecortaba por los temblores y convulsiones de mi cuerpo.Me retorcí de placer varias veces. Después de todo ese huracán de sensaciones por mi cuerpo, tumbada bocarriba totalmente agotada, no era capaz de recuperar la respiración. Abrí los ojos y poco a poco fui recuperando la vista. Veía aún como manchas de colores que se movían. Según se fue aclarando mi visión, me fijé que algunas de esa manchas, pese a perder el color, no se iban. Al forzarme en mirarlas, descubrí algo insólito hasta ese momento. Había llegado a salpicar el techo con un chorro de mi corrida. Era el techo y parte de la pared de enfrente que estaban húmedas. Sorprendida, me incorporé para acercarme a verlas con detalle. Según puse los pies en el suelo, sonó un ?chof? como de haber saltado en un charco. Igualmente noté que los pies se me mojaban. ¡No podía ser! Miré al suelo y había un gran charco. Asombrada, me quedé clavada allí. Contemplé todo lo que había a mi alrededor. Efectivamente el huracán de sensaciones había existido allí. No solo por mi cuerpo. Toda la habitación tenía restos de esa tormenta perfecta que se desató desde mi coño y que comenzó gracias a las muestras de cariño que me dáis por las redes.Créditos relato:Texto: Toulouse >> https://xhamster.com/users/touluoseImágenes: Laurapsd >> https://xhamster.com/users/laurapsdSi te ha gustado la colaboración entre los dos, háznoslo saber en los comentarios y votando positivo